
Pensamiento mágico: creer que el auge de la IA en el Reino Unido no descarrilará los objetivos climáticos, advierte un informe
Un nuevo informe de la Universidad de Cambridge advierte que el impulso del Reino Unido para liderar en IA corre el riesgo de descarrilar sus objetivos climáticos, a menos que se tomen medidas urgentes.
Según el Centro Minderoo para Tecnología y Democracia de la Universidad, el crecimiento descontrolado de la IA podría impulsar un aumento de 25 veces en el consumo de energía del sector tecnológico mundial para 2040, poniendo una enorme presión en las redes eléctricas y acelerando las emisiones de carbono.
Incluso el escenario más conservador sugiere un incremento de cinco veces en los próximos 15 años. Los autores del informe argumentan que es “pensamiento mágico en los niveles más altos” suponer que países como el Reino Unido pueden liderar en IA y al mismo tiempo alcanzar objetivos de emisiones netas cero para 2050.
Actualmente, los centros de datos ya representan casi el 1.5 % de las emisiones globales, pero esta cifra podría aumentar hasta el 8 % en 2040, superando a las de los viajes aéreos, según el informe. En algunos países, la potencia de cálculo representa una proporción mayor de la energía. En Irlanda, por ejemplo, los centros de datos son responsables de hasta el 20 % del uso de electricidad.
A pesar de las promesas climáticas de las grandes empresas tecnológicas, las emisiones del sector están aumentando rápidamente. Las emisiones de carbono de Google y Microsoft se han disparado un 51 % y un 41 %, respectivamente, desde 2019, según el informe. Sin embargo, el documento enfatiza que la huella real probablemente sea mayor debido a la limitada transparencia de las grandes tecnológicas, la contabilidad inconsistente de las emisiones y la falta de auditorías independientes para verificar las afirmaciones de estas compañías.
“Sabemos que el impacto ambiental de la IA será formidable, pero las gigantes tecnológicas son deliberadamente vagas sobre los requisitos energéticos implícitos en sus objetivos”, dijo Bhargav Srinivasa Desikan, autor principal del informe y experto en IA.
“Necesitamos ver acciones urgentes por parte de los gobiernos para evitar que la IA descarrile los objetivos climáticos, no solo depender de las empresas tecnológicas en promesas de crecimiento económico”, continuó.
El Primer Ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha facilitado mucho la bienvenida a las empresas de IA en los últimos meses.
En enero, los constructores de centros de datos de IA Vantage Data Centres, Nscale y Kyndryl prometieron un total de 14 mil millones de libras para desarrollar infraestructura de IA en todo el país. Amazon Web Services (AWS), Blackstone y CoreWeave están invirtiendo miles de millones en extensos nuevos campus de centros de datos, mientras Nvidia se asoció recientemente con empresas locales para potenciar la capacidad de cálculo del Reino Unido.
En resumen, el Reino Unido se está posicionando como un centro mundial para la IA. Pero el informe advierte que falta supervisión. La petición es que la autoridad energética del Reino Unido, Ofgem, imponga objetivos estrictos de eficiencia energética para los centros de datos, y que los departamentos del gobierno vinculen la financiación de la IA al uso de energía limpia.
Los investigadores también criticaron la nueva Junta de Energía de IA del Reino Unido por excluir voces de la sociedad civil. “La Junta está compuesta en su totalidad por organismos energéticos y empresas tecnológicas”, señala el informe.
El profesor John Naughton, presidente de la junta asesor del Centro Minderoo, exigió mayor transparencia sobre los impactos de la IA. “Cada megavatio asignado a los centros de datos de IA será un megavatio que no estará disponible para viviendas o fabricación”, dijo. “Los gobiernos deben ser honestos con la ciudadanía sobre las inevitables compensaciones energéticas que vendrán con apostar por la IA como motor de crecimiento económico”.
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