El navegador Google Disco y veinte dólares por entrar en Opera
El equipo de Chrome presentó el navegador experimental Disco, que no se limita a abrir pestañas, sino que crea sobre la marcha microaplicaciones para cualquier tarea. No es un navegador en el sentido habitual, sino más bien "web-coding": el usuario debe describir la tarea, abrir varios sitios para entender el contexto, y la inteligencia artificial creará una aplicación web personalizada.
Lo más curioso de este proyecto es su ambigüedad filosófica. Los responsables del proyecto admiten sinceramente que no están seguros de qué han creado ni de si GenTab tendrá demanda. Sin embargo, Google espera que la gente se involucre en el uso de esta aplicación incomprensible. Su originalidad radica en que el navegador... por fin propone usar activamente los sitios abiertos, en lugar de simplemente coleccionarlos sin pensar en los "marcadores".
Opera Neon ofrece el lujo de ser el primero. A buen precio
En el otro extremo del mundo de los navegadores, la compañía Opera, con la imperturbabilidad de un vikingo, lanzó su navegador con IA Neon con un precio mensual de 19,90 dólares. Por ese dinero obtienes no solo un chat inteligente integrado, sino también acceso a modelos de primera como GPT-5.1 y Veo 3.1, además de la entrada a una comunidad exclusiva en Discord. Parece un club para los adeptos tempranos de élite de la IA, donde la cuota de entrada descarta a los meros curiosos. Opera subraya que también tiene navegadores gratuitos con funciones de IA, pero Neon es para quienes quieren estar en la cima y están dispuestos a pagar generosamente por ello.
¿Y qué hay de los competidores? ¿Les espera un "Disco" o un "Neon"?
Estos dos enfoques —el modelo free-to-play experimental de Google y el premium de pago de Opera— ponen en aprieto a los demás.
Mozilla Firefox, conocido por su énfasis en la privacidad, puede acabar desempeñando el papel de un severo asceta en una fiesta donde todo el mundo está generando cosas y usando planificadores interactivos. Su cautela a la hora de adoptar la IA, especialmente teniendo en cuenta los problemas de seguridad de las funciones de agentes, corre el riesgo de parecer atraso. La presión aumentará: o buscar un camino propio, privado y quizá menos espectacular de integrar la IA, o empezar a perder a la audiencia que está cansada de copiar enlaces a ChatGPT manualmente.
Microsoft Edge, firmemente apoyado en OpenAI, sin duda observará el experimento de Google con interés profesional (y cierta nerviosidad). Su as en la manga es la integración profunda de Copilot, pero Disco posiciona su navegador no como un mero conductor sino como un constructor de soluciones. Edge tendrá que acelerarse considerablemente en esa dirección o correrá el riesgo de convertirse en "ese navegador para descargar Chrome... es decir, Disco".
Los actores pequeños como Brave o Vivaldi se encontrarán en una posición aún más complicada. Brave ya está probando funciones de agentes en perfiles separados, lo cual en sí está bien; sin embargo, sin enormes modelos LLM ni equipos experimentales audaces como los de Google, les será difícil competir en el efecto "wow". Su apuesta será por funciones de nicho y una hiperpersonalización adaptada a las necesidades concretas de los usuarios.
Los navegadores aprenden a pensar. ¿Con qué pagaremos por ello?
Disco de Google es un experimento audaz y un poco loco que intenta reinventar los principios de la navegación por la red. Opera Neon es un intento comercial de monetizar el bombo mediático en torno a la IA "aquí y ahora". Ambos enfoques, pese a ser completamente diferentes, indican que el futuro de los navegadores no consiste en ejecutar JavaScript más rápido, sino en comprender nuestras intenciones y ayudarnos activamente como asistentes digitales.
Al resto les tocará o bailar al ritmo de esta nueva discoteca, o buscar su rincón tranquilo en Internet donde simplemente se pueda leer un artículo sin ofertas insistentes de crear un "modelo interactivo del talón izquierdo". Las posibilidades de lo último, desgraciadamente, se desvanecen día a día.
No obstante, los rusos no tienen por qué preocuparse: ante cualquier iniciativa occidental siempre tenemos listo nuestro navegador nacional, Yandex Browser. Y en caso de que surjan contratiempos, podemos confiar en VK, que ya ha sabido demostrar su singular capacidad creativa al crear un mensajero nacional.
Otros artículos
El navegador Google Disco y veinte dólares por entrar en Opera
El equipo de Chrome presentó el navegador experimental Disco, que no se limita a abrir pestañas, sino que crea sobre la marcha microaplicaciones para cualquier tarea. No es un navegador en el sentido habitual, sino más bien una «codificación web», en la que el usuario debe describir la tarea, abrir varios sitios para comprender el contexto, y la inteligencia artificial creará una aplicación web personalizada.
