Plátanos, champán y robots: por qué la automatización todavía necesita a los humanos

Plátanos, champán y robots: por qué la automatización todavía necesita a los humanos

      Ver a robots revolcarse torpemente, provocar amontonamientos de cuerpos robóticos en el campo de fútbol y perder la cabeza accidentalmente mientras participaban en una carrera de 1.500 metros en los primeros Robot Humanoid Games en China no solo fue entretenido, sino también un recordatorio de hasta dónde ha llegado la robótica —y cuánto le falta por avanzar.

      Mientras los robots humanoides todavía luchan por cruzar un escenario, en otras partes del mundo la automatización está revolucionando discretamente industrias. En Picnic Technologies, el supermercado online de más rápido crecimiento de los Países Bajos, los robots están compilando tus pedidos de la compra para que los “shoppers” de reparto puedan llevarlos del almacén a tu nevera lo más rápido posible.

      Son estas innovaciones las que han ayudado a la otrora humilde startup a escalar rápidamente y competir con gigantes del supermercado como Albert Heijn. El CTO de la compañía, Daniel Gebler, compartió recientemente los secretos detrás del éxito de la empresa con el fundador de TNW, Boris Veldhuijzen van Zanten, mientras conducían por las calles de Ámsterdam en el último episodio de “Kia’s Next Big Drive”.

      Mira la entrevista completa —grabada de camino a TNW2025 en el EV9 totalmente eléctrico de Kia— haciendo clic en la imagen de abajo:

      Leyenda: Gebler y Veldhuijzen van Zanten recorriendo los canales camino a TNW2025.

      Pero aunque Gebler tiene un doctorado en IA y está impulsando la automatización a escala, deja claro que los robots no sustituirán por completo a los humanos.

      Anteriormente, los “shoppers” de Picnic, que preparan los pedidos y los entregan en la puerta de los clientes, tenían que caminar por grandes almacenes seleccionando cada artículo.

      Ahora, los centros de preparación de pedidos totalmente automatizados de la compañía en los Países Bajos y Alemania ayudan a aliviar la carga (y el número de pasos que los shoppers deben dar) automatizando el proceso de selección de artículos con brazos robóticos.

      En su más nuevo centro de preparación de pedidos en Oberhausen, Alemania, Picnic es capaz de procesar hasta 33.000 pedidos en línea por día, atendiendo hasta 200.000 hogares. El almacén emplea 1.500 robots… y 1.000 personas.

      ¿Por qué? Porque algunas tareas siguen siendo mejor manejadas por personas.

      Plátanos y champán: Los robots tienen dificultades con artículos de forma irregular, bienes frágiles como los huevos o productos de alto valor como las botellas de champán.

      Eficiencia del empaquetado: Las personas pueden reorganizar fácilmente las cajas para maximizar el espacio, mientras que los robots requieren diseños predefinidos. También tienen problemas para abrir cajas.

      Toques finales: Incluso en centros altamente automatizados, el último paso—empaquetar los artículos en la caja de entrega del cliente—sigue realizándose a mano.

      Para sortear estos límites, Picnic usa listas blancas de productos para decidir qué pedidos puede llenar un robot. Por ejemplo, un pedido que contenga bolsas de patatas fritas y botellas pesadas de refresco sería descartado para un robot.

      Entonces, ¿a medida que los robots evolucionen llegarán a sustituir por completo a los shoppers del almacén de Picnic?

      “Absolutamente no. Como se ha mencionado, no es nuestro objetivo sustituirlos, sino usar robots para impulsar el rendimiento de nuestro almacén. Los shoppers siguen en el centro de nuestras operaciones de almacén, con los robots complementando sus esfuerzos”, dice Jhon Mauro Gomez, ingeniero de software de Picnic.

      En otras palabras: la automatización hace a Picnic más rápido y más eficiente, pero es una colaboración, no una toma.

      ¿Podría la IA venir por tu jefe? (No te hagas demasiadas ilusiones)

      El auge de la IA también está transformando lo que significa “gestión” dentro de las empresas. Pero Gebler cree que la IA no eliminará necesariamente la gestión por completo: la reinventará.

      “Lo más probable es que lo que ahora tenemos como gestión deje de existir”, dijo Gebler. “La relevancia de la propiedad —poseer lo que construyes, poseer lo que operas— se volverá aún más importante. Porque todo el mundo será diseñador, constructor y también operador.”

      Este cambio da a los equipos más autonomía y espacio para la experimentación. En Picnic, los desarrolladores han usado esa libertad para:

      Lanzar devoluciones: Los clientes ahora pueden devolver artículos de venta al por menor de otras marcas usando las furgonetas de reparto de Picnic, haciendo la flota más eficiente.

      Ofrecer comidas, no solo productos: Las familias se benefician más de paquetes de comidas seleccionadas que de tener que montar productos individuales.

      El auge de los “viernes libres de IA”

      Gebler también impulsa los “días libres de IA”: tiempo dedicado en el que los desarrolladores abandonan las herramientas de IA y afinan sus habilidades humanas. Porque aunque la IA puede procesar datos, todavía no puede improvisar como un humano.

      Ya sea en almacenes de comestibles o en salas de juntas corporativas, el futuro no es humanos contra robots: es humanos con robots. La automatización es mejor manejando tareas repetitivas y estructuradas. Los humanos brillan en áreas que requieren adaptabilidad, creatividad y juicio.

      De los plátanos y el champán a los viernes sin IA, Picnic está demostrando que el futuro del trabajo no se trata de reemplazo, sino de reinvención.

      Crédito de la imagen: “BvOF RoboCup2013 – RoboCup Soccer Nao” de RoboCup2013 está bajo licencia CC BY 2.0.

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