
Por qué el capital de riesgo tradicional está fallando en la tecnología avanzada y cómo solucionarlo
El futuro de la tecnología profunda en Europa depende de la evolución de las estrategias de inversión. La razón de esto es que los modelos tradicionales de financiación no pueden sostener los compromisos financieros a largo plazo que requiere la innovación. Existe una paradoja europea donde, a pesar de la significativa investigación científica, la comercialización temprana y un enfoque en objetivos a corto plazo impiden a la región alcanzar su pleno potencial en tecnología profunda. Aunque las startups brindan un apoyo sólido, el sector aún está rezagado respecto a EE.UU. y Asia en llevar los avances del laboratorio al mercado.
Para mantener una industria competitiva, Europa necesita avanzar en tecnologías como IA, robótica, biología sintética y computación cuántica, que están en el corazón del sector de tecnología profunda. Estas tecnologías no solo son rentables; pueden transformar el mundo, desde implantes cocleares que restauran la audición hasta ingeniería aeroespacial que posibilita misiones a Marte. Pero ninguno de estos avances sucede sin inversión paciente y a largo plazo en ciencia, ingeniería y diseño.
Las startups enfocadas en SaaS de despliegue rápido o aplicaciones de consumo pueden comercializarse rápidamente y atraer inversiones iniciales. La tecnología profunda es diferente: existe un "valle de la muerte" impulsado por largos ciclos de I+D, altos costos iniciales y una mayor tolerancia al riesgo que en las empresas de software tradicionales.
Vale la pena examinar qué modelos de financiación nuevos están funcionando — y cómo están comenzando a consolidarse en Europa. Basándome en las ideas de mi práctica de inversión — Zubr Capital — este análisis explora la verdadera oportunidad que tiene Europa para aprovechar la tecnología profunda y recuperar cuota de mercado, en lugar de ver cómo sus startups migran a ecosistemas financieros más maduros como EE.UU., Asia o Israel.
Por qué los VC tradicionales luchan con la tecnología profunda
Las startups de software tradicionales siguen generalmente un ciclo de financiación conocido: levantan un fondo de 10 años, despliegan el capital en tres a cinco años y buscan salidas lucrativas en cinco a siete años. Definen un ciclo exitoso basado en crecimiento rápido, escalabilidad y requisitos de capital relativamente bajos.
La tecnología profunda no puede operar dentro de este molde financiero tradicional. Las startups en esta categoría necesitan ciclos de desarrollo que frecuentemente superan la década. Las regulaciones en subcategorías como salud, energía y aeroespacial exigen numerosas certificaciones y pruebas para verificar capacidades avanzadas. Es un área donde los VC generalistas rara vez se adentran debido a la necesidad de capital paciente.
La mayoría de las empresas de tecnología profunda deben superar ciertos umbrales industriales y geográficos. Por ejemplo, una empresa aeroespacial francesa puede no tener la infraestructura para aprovechar financiamiento tradicional de la misma manera que un gigante estadounidense como Delta.
Los modelos de inversión establecidos presentan varios obstáculos:
- La presión por tracción visible lleva a las startups a pivotar de tecnología profunda a proyectos comerciales.
- Los VC tradicionales a menudo carecen de la experiencia para evaluar proyectos complejos adecuadamente.
- Europa cuenta con fondos más pequeños para costos iniciales y a largo plazo.
- Existe un “valle de la muerte” para la tecnología profunda para cubrir I+D con fondos públicos.
- Los inversores europeos tienden a ser adversos al riesgo debido al estigma del fracaso.
- La fragmentación en la industria, con múltiples mercados, regulaciones y burocracia pesada, ralentiza la financiación.
- La financiación extranjera interviene en rondas tardías, llevándose frecuentemente la tecnología a otros países.
Otro problema de la tecnología profunda es su dependencia de la educación. Un líder típico de startup solo cuenta con dos o tres años de educación superior. La tecnología profunda requiere aproximadamente cinco a siete años debido a la complejidad del tema. Un abrumador 81% de los fundadores en tecnología profunda cree que los inversores europeos carecen del conocimiento para entender en profundidad sus proyectos o metas.
Tampoco hay suficiente dinero disponible. Un fondo europeo que gestione 150 millones de euros puede escribir cheques de unos 10 a 15 millones, pero eso no es suficiente para construir algo tan complejo como una gigafábrica o escalar una nueva planta de fusión nuclear. La discordancia entre la financiación tradicional de VC y la tecnología profunda en Europa impulsa una financiación sistémica insuficiente, startups estancadas y la pérdida de innovaciones que podrían cambiar el mundo. La historia de entidades externas y extranjeras como Amazon, Facebook, Microsoft, entre otras, absorbiendo talento tecnológico europeo para integrarlo en sus sectores de I+D, ralentiza el avance en tecnología profunda en Europa.
La evidencia: cuando el VC fracasa en tecnología profunda
La idea de que los VC no son adecuados para financiar tecnología profunda no es solo teórica. Existen muchos ejemplos reales de fallos en financiación que han llevado a Europa a perder oportunidades en tecnología profunda frente a competidores internacionales. Aquí algunos ejemplos:
Prophesee en Francia
Prophesee desarrolla sensores de visión neuromórficos que permiten a las máquinas imitar la vista humana. La compañía levantó 126 millones de euros en varias rondas. Sin embargo, en octubre de 2024, entró en recuperación judicial tras no asegurar financiamiento adicional. Aunque el startup recibió reconocimiento mundial por su validación técnica (prueba de concepto), la duración e incertidumbre del financiamiento complicaron su desarrollo.
Mycorena en Suecia
Mycorena tuvo que declararse en bancarrota y actualmente está cerrada. Lo que comenzó con la promesa de proteína basada en micelio que podía usarse en diversas industrias fracasó después de que no lograra asegurar financiamiento Serie B a mediados de los 2020. Finalmente, fue adquirida por una cifra casi simbólica, resaltando los obstáculos que enfrentan las empresas de tecnología profunda durante la fase de expansión.
Blickfeld en Alemania
Blickfeld fue un líder emergente en LiDAR, tecnología que permite a vehículos autónomos percibir su entorno y operar con seguridad. La compañía levantó un total de 68 millones de euros —incluyendo 15 millones de la Unión Europea (EIB). Pero en junio de 2024, tuvo que solicitar la insolvencia. Los ingresos llegaron demasiado lentamente para satisfacer las demandas de capital paciente.
Existen muchos otros casos de fallos en inversión que minan a prometedoras empresas tecnológicas europeas. Como ejemplo, MaaS Global en Finlandia, conocida por la app Whim, que consumió demasiado capital sin un modelo de negocio sostenible. O Northvolt en Suecia, cuyo negocio de fabricación de baterías fracasó incluso con un modelo de financiación combinado. El patrón es consistentemente claro: el financiamiento se seca cuando las necesidades de capital aumentan y los inversores presionan para salidas, mientras la I+D aún busca la solución final. Mientras tanto, no llega la financiación pública y la ambición técnica se sacrifica rápidamente en el altar de la vitalidad a corto plazo. La historia se repite y la tecnología profunda está perdiendo terreno.
Lo que está emergiendo en cambio: nuevos modelos de inversión
Para que Europa aproveche la tecnología profunda, es imprescindible que cambie — y que sea rápido. Se necesitan nuevos modelos y estructuras de financiación que respondan a las necesidades del sector. Soluciones alternativas podrían ser la última etapa para superar problemas como el “valle de la muerte” en tecnología profunda. ¿Qué iniciativas de financiamiento nos llevarán allí?
Esquemas respaldados por el gobierno y híbridos. Es necesario replicar la estrategia de inversión del INVESTEU de subvenciones, capital y esquemas híbridos. Los aceleradores del EIC, por ejemplo, ofrecen hasta 17.5 millones de euros por empresa, y el nuevo esquema STEP Scale-up apunta a rondas de crecimiento de 10 a 30 millones. Los fondos respaldados por el gobierno, como Bpifrance y el Zukunftsfonds alemán, pueden ayudar a reducir los riesgos de la innovación temprana y cubrir lagunas de financiamiento para tecnología profunda.
Asociaciones público-privadas. La agrupación de recursos es una manera importante de financiar tecnología profunda. Cuando el estado, las empresas y los inversores privados trabajan juntos, naturalmente amplían el plazo utilizable de un grupo de desarrollo, impulsando el apoyo financiero para pruebas de concepto y lanzamientos al mercado.
Capital de riesgo corporativo (CVC). Los brazos de inversión estratégica de empresas como Volkswagen, Airbus, Siemens y Bosch ayudan a financiar tecnología profunda. No solo ofrecen apoyo financiero, sino que también aportan experiencia técnica y acceso a equipos avanzados que pueden hacer realidad la tecnología. Lilium es un buen ejemplo: la startup alemana de vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) logró financiamiento a través de subvenciones y actores privados, recibiendo 200 millones de euros del Mobile Uplift Consortium.
Offices familiares y otros inversores privados alternativos. La riqueza privada también ha entrado en el espacio de tecnología profunda. Offices familiares como los Hermanos Strüngmann (BioNTech) pueden respaldar empresas desde el inicio hasta su expansión. Estas entidades son menos restringidas por los modelos tradicionales de fondos, permitiendo un mayor impacto en inversión con una alineación estratégica más sólida a largo plazo.
Studios de riesgo y fondos vinculados a universidades. Ecosistemas de estudios de riesgo en tecnología profunda pueden garantizar que la investigación universitaria dé el salto a negocios escalables. Iniciativas como Fraunhofer Ventures en Alemania, CERN Venture Connect en Suiza y Creative Destruction Lab en Oxford ilustran este enfoque. Otro ejemplo destacado es Evergreen Capital Vehicles, que ayuda a convertir spin-outs científicos en entidades comerciales.
Es importante señalar que estos modelos de financiación por sí solos aún no son suficientes. Ayudan a crear éxitos vibrantes a nivel regional, pero la fragmentación de industrias deja brechas de infraestructura en diferentes países europeos. La concentración de sectores como aeroespacial en Alemania, baterías en Suecia y talento en tecnología profunda del EIT en España solo amplía dichas brechas. El progreso es alentador, pero la cobertura geográfica debe equilibrarse para superar la “mosaicificación” de ineficiencias financieras en Europa.
La innovación que falta: herramientas financieras aún no utilizadas
A pesar de todos estos modelos financieros progresivos, las soluciones financieras realmente innovadoras siguen siendo en gran medida ausentes del ecosistema de tecnología profunda en Europa. Muchos think tanks, documentos de políticas de la UE y foros de fundadores resaltan la necesidad de proyectos con mayor tiempo para obtener ingresos y soluciones a los altos costos iniciales, pero las herramientas actuales no están a la altura.
Hasta 2022, ninguna startup europea de tecnología profunda ha utilizado con éxito préstamos respaldados por propiedad intelectual, acuerdos de precompra de I+D, financiamiento basado en ingresos ni compromisos de mercado anticipados. Estos modelos son útiles, pero aún no abordan desafíos relacionados con escalar un negocio, tiempo al mercado o perfiles de riesgo elevados.
El dominio de los modelos financieros tradicionales persiste porque las subvenciones, los rondas de inversión y los esquemas híbridos público-privados no pueden tener en cuenta la incertidumbre regulatoria, la falta de experiencia institucional y la aversión al riesgo.
Como resultado, Europa se está quedando atrás y seguirá haciéndolo hasta que la innovación financiera pase de ser una idea teórica a una aplicación práctica. La buena noticia es que esta adaptación ya se está produciendo en otros lugares, ofreciendo un marco para que Europa siga.
Contraste global: qué funciona en otros lugares
Estados Unidos e Israel están convirtiendo la tecnología profunda en éxito operativo mediante herramientas de financiación prácticas. Tomemos Helion Energy en EE.UU. La compañía ha desarrollado sistemas avanzados de fusión y recientemente levantó 425 millones de dólares para impulsar esta tecnología en los próximos tres años. Se introdujeron hitos de financiamiento para reducir riesgos y apoyar contratos de precompra.
Otro ejemplo de financiación adaptativa que impulsa el éxito en tecnología profunda es Climeworks. La compañía ha beneficiado de financiamiento basado en ingresos a través de acuerdos de compensación de carbono con empresas. Gracias a flujos de ingresos previsibles, inversores como Microsoft y Stripe han podido proporcionar fondos cruciales para escalar su tecnología de captura directa de aire.
La financiación innovadora también ha impulsado a Phantom Energy en Israel. La compañía utiliza préstamos respaldados por propiedad intelectual para facilitar prototipos sin dilución, aprovechando patentes como garantía. En cada caso, la herramienta de financiamiento está diseñada para “hacer coincidir” la tecnología. Europa puede aprender de estos éxitos. Con financiamiento flexible que acomode ciclos de desarrollo más largos y reduzca riesgos de fracaso, el continente avanzará más en tecnología profunda.
Lo que Europa necesita cambiar
Si Europa quiere tener presencia en el sector de tecnología profunda, debe cambiar. Los pasos incrementales, como los ejemplos mencionados, no serán suficientes. La escasez de capital paciente y la predominancia de fondos que operan en ciclos cortos y orientados a salidas deben ceder lugar a nuevos modelos. En su lugar, necesitamos fondos paneuropeos “siempre verdes”, vehículos en etapas de crecimiento y plataformas público-privadas.
El tamaño de los fondos sigue siendo demasiado pequeño y la innovación financiera escasea. Europa necesita proyectos piloto bien publicitados que involucren modelos de inversión creativos, como financiamiento respaldado por propiedad intelectual y modelos híbridos no dilutivos.
Si Europa fomenta una mayor colaboración e inversión conjunta, podremos reducir la fragmentación y armonizar regulaciones. Esto podría acelerar la distribución de subvenciones y crear “carriles rápidos” internacionales que cambien la cultura del miedo al riesgo por una de celebración de la experimentación.
Es necesaria una acción audaz para simplificar la burocracia y desarrollar talento en inversión tecnológica, que alimente tanto a los VC como a las startups de tecnología profunda. Debemos cambiar la cultura. Es urgente que el ecosistema de inversión en tecnología profunda se adapte para desbloquear el potencial del sector.
De la paradoja al progreso
Europa cuenta con una comunidad científica de clase mundial y una escena startup vibrante. Para garantizar el éxito y evitar que proyectos prometedores se trasladen al extranjero, se necesita acción directa para escalar las iniciativas de tecnología profunda y abordar las brechas estructurales en la financiación.
La solución clásica de capital de riesgo no se ajusta al sector de tecnología profunda. Aunque están emergiendo nuevos modelos e iniciativas regionales que logran cierto éxito, todavía faltan piezas clave, especialmente en etapas tardías de financiamiento y en innovación financiera.
Europa debe aprovechar este momento decisivo para reconfigurar su estructura de capital en una de paciencia, escala y flexibilidad. Eso fomentará empresas resistentes y de nivel mundial. Pero será necesario el trabajo colectivo de policymakers, inversores y fundadores para pasar de la teoría a un éxito tangible.
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