
La nueva política de Microsoft requiere una cuenta en línea.
La corporación Microsoft lleva a cabo una política coherente y deliberada para cerrar los atajos conocidos que permiten crear una cuenta local durante el proceso de configuración inicial de Windows.
Antes los usuarios podían utilizar comandos especiales como bypassnro o localonly para omitir la etapa de vinculación de la cuenta de Microsoft. Ahora esos métodos se bloquean sistemáticamente en las nuevas compilaciones del sistema. Los comandos o bien no se ejecutan, o simplemente reinician el dispositivo, devolviendo al usuario a la misma pantalla, pero esto no es un fallo accidental, sino una estrategia deliberada y cuidadosamente calculada por la empresa.
Iniciativas similares que limitan los derechos de los usuarios ya han sido motivo de litigios en varias ocasiones. Por ejemplo, recientemente se presentó una demanda contra Microsoft debido al cese del soporte para Windows 10.
Oficialmente Microsoft justifica las novedades con la necesidad de una configuración completa del dispositivo y de proteger a los usuarios de la omisión accidental de etapas críticas, como la configuración de seguridad. Sin embargo, como corresponde a un proyecto comercial, la empresa simplemente "engancha" a los usuarios a sus productos.
La cuenta de Microsoft es la llave de la ecosistema de la empresa, compuesta por muchas aplicaciones y servicios. Al vincularla al dispositivo, el usuario se integra automáticamente en la tienda de aplicaciones, en suscripciones como Microsoft 365, en el servicio de juegos Xbox y en el almacenamiento en la nube OneDrive. Cuanto más integrado esté el usuario en el ecosistema, mayor será su lealtad y más difícil le resultará en el futuro cambiar a otro sistema operativo.
Consecuencias para el usuario común
Para el usuario medio, estos cambios significan la desaparición gradual de la elección. El proceso de configuración de un nuevo ordenador se vuelve más rígido y dirigido. La libertad de crear rápidamente un perfil autónomo sin vincularse a servicios en la nube pasa a la historia. Los usuarios que se preocupan por la privacidad y no desean ceder sus datos a Microsoft ahora tendrán que hacer esfuerzos adicionales. Se les ofrecerá o bien buscar nuevas lagunas temporales que aún funcionen, como, por ejemplo, desconectar la conexión a Internet durante la instalación, o realizar la configuración con una cuenta de Microsoft y luego crear una cuenta local desde el propio sistema. Esto añade pasos adicionales e inconvenientes.
Quizá por eso ha circulado en la red la información de que en los últimos tres años el sistema operativo Windows habría perdido silenciosamente alrededor de 400 millones de usuarios.
El futuro para el segmento empresarial y los entusiastas
En el ámbito empresarial, este cambio no tendrá un impacto serio, ya que los departamentos de TI han utilizado durante décadas herramientas de despliegue automatizado. Para ellos, los archivos unattended y las políticas de grupo son el método estándar para configurar miles de ordenadores con cuentas locales o de dominio. Pero para los entusiastas técnicos, los creadores de sistemas personalizados y los amantes del control total sobre su SO, esto es una señal alarmante. Indica un movimiento continuo de Windows hacia un sistema cerrado y gestionado, en el que la empresa desarrolladora decide cada vez con más frecuencia qué es lo mejor para el usuario final.
Se puede predecir con seguridad que la corporación seguirá endureciendo estas normas hasta que la creación de una cuenta local en el OOBE no sea más que una prerrogativa exclusiva de los administradores corporativos. La lucha contra los atajos se convertirá en un juego del gato y el ratón a medida que vayan saliendo nuevas actualizaciones. Con el tiempo, Windows, al menos en el segmento de consumo, podría convertirse definitivamente en un sistema operativo orientado a la nube, donde la cuenta de Microsoft no sea una opción sino un requisito obligatorio para funcionar. Esto se ajusta a la tendencia general de la industria hacia las suscripciones y los servicios, y no hacia la venta de licencias puntuales.
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